Panoramas de futuroCorrespondencia entre Ernesto Benjumea y Juan Ángel

Correspondencia entre Ernesto Benjumea y Juan Ángel

Ernesto Benjumea es un actor, director y productor de sus propios proyectos. Su organización Benvelé SAS también es beneficiaria del proyecto Es Cultura Local con el primer Festival de Corto Teatro de Bogotá (FECTE) https://www.festivalfecte.com/ 

Nuestras conversaciones para lograr su participación en el Museo del Futuro, derivaron en una correspondencia que permite ver las preocupaciones, los intereses y las dinámicas que llevan a Ernesto y a su organización hacia adelante. El futuro es para los creadores y los productores de Usaquén un proceso continuo de evolución, de generación de proyectos y de aprendizajes.

Las actas de defunción al teatro ya son lugar común, tanto, como el mandar callar a los actores. Dicen que no existimos, que no somos creadores, que somos simples intérpretes, que no debemos pensar solo obedecer, que nadie enseña a actuar, que no somos artistas y mucho más.

De: Juan Angel 

Para: Ernesto Benjumea

Martes, 8 de Junio, 14:53

Hablar de cultura y continuidad es un tema pertinente de futuro de la localidad y la ciudad.  Me surge esta pregunta: ¿La continuidad depende del estado? ¿No hay una continuidad en la gestión de las organizaciones? ¿En la relación con las comunidades?

 

De: Ernesto Benjumea

Para: Juan Angel

Hay tres comentarios base: 1.) El programa debería continuar y evidentemente promueve la gestión desde las localidades. 2.) A veces se hace difícil y desgastante superar la burocracia administrativa, estos procesos de legalización no solo resultan tan complicados como el proyecto mismo si no que hay una desconexión entre el ejercicio y los documentos. 3.) Lo que hace cada ganador con sus lentejas debe ser evaluado y valorado por los funcionarios para que algunos de estos proyectos tengan una continuidad que favorezca a todos.

 

De: Juan Angel

Para: Ernesto Benjumea

Miércoles 9 de Junio, 14:26

Yo creo que la combinación de dos procesos puede dar el resultado que intuyo usted quiere: permanencia. El principal es que construyamos una comunidad que participe de las actividades culturales.  Y el segundo es la apuesta de la alcaldía: que la cultura se ejerza desde los barrios y los territorios. 

Con el asunto de la burocracia no me interesa mucho. La vivo como inevitable y destructiva. Propongo más bien hacer una comedia sobre el particular. Una colección de las caras de feo que la gente le hace a la corrupción.

La continuidad es la clave de todo lo que se plantea. Usted es un ejemplo de continuidad en varios temas. Una parte de ella es genética, lo que da una envidia monumental. 

¿Usted ha pensado su proyecto con un modelo de continuidad? ¿Piensan repetir las temporadas? 

Sin duda el apoyo del estado es importante, pero todos sabemos que no siempre se reciben recursos del estado. ¿Tiene plan B? 

Me interesa oír sus inquietudes de futuro.

¿Cómo ve el teatro en los próximos años? En Colombia, en el mundo. ¿Cree que los espectadores vuelvan pronto? 

¿Cómo le ha ido con la virtualidad? ¿Piensan seguir trabajando en esa dirección?

No sería más por ahora…

Juan Angel

 

De: Ernesto Benjumea 

Miercoles 9 de Junio, 18:47

Para: Juan Angel

Hola Juan:

Creo que si hay algo permanente en mis apuestas es intentar construir. Haber esperado que el apellido o incluso un título académico hicieran el trabajo no creo que hubiera funcionado para mí. Las herencias, los apoyos del estado, los éxitos etc. son inasibles, no se puede contar con ellos y, sin embargo, ahí están y demasiado torpe sería evadirlos o desvalorizarlos. 

Su propuesta de la «comedia de la burocracia» es la válida respuesta desde el oficio, y sin embargo, creo que estas apuestas, quiéranlo los artistas o no, llevan intrínseca la esperanza de que un día el sistema funcione de otra manera. O si no ¿para qué?

Los aportes del estado a la cultura, tan flacos, porque la guerra y la corrupción dejan tan poco, deben ser optimizados, por eso la defensa sistemática de temas como la profesionalización de los artistas y todo lo que propenda porque esos recursos se conviertan en los mejores productos culturales posibles, no solo para el público si no para la comunidad artística que es la que seguirá el camino. En ese sentido, es igualmente importante el seguimiento de los procesos apoyados de parte del estado, todos sabemos que esos recursos son muchas veces malgastados, pero otras veces en cambio, provocan eventos o productos culturales memorables y que se hacen referente para otros procesos. Nuestra inmensa ciudad hace muy bien proponiendo que la cultura tenga diferentes ejes de generación.

En nuestro campo principal de acción que es el teatro, a mí me parece que las cosas no van nada bien. Poniéndose al lado de ciudades como Buenos Aires o Ciudad de México la cantidad de oferta y de público son muy escasos, pero lo peor es que la calidad de la oferta teatral en estas ciudades, yo creo que no nos deja bien parados. Las razones son variadas, pero más allá de algún sentimiento patriotero o gremial, nuestro teatro hace décadas que no participa del movimiento teatral latinoamericano.

Ojalá aparezcan los gestores culturales y los productores que sostengan el ejercicio económico, así como también dramaturgos y directores que encuentren como vibrar con estos tiempos para ofrecer un teatro que resulte necesario para nuestras sociedades, que lo haga ofreciendo teatro comercial, clásico, de texto, de vanguardia, multidisciplinar, circo etc. pero todo contemporáneo, o sea, revaluando las formas establecidas y pensado desde hoy y para el público de hoy. Hay compañeros que van muy bien encaminados creo yo, necesitan más apoyo estatal y privado, necesitan más público, más recursos para que su trabajo se consolide y no se quede en anécdotas. Nada que hacer, hay renglones como la educación, la salud, la defensa, la investigación científica o las artes que difícilmente subsisten sin apoyo; la tan mentada economía naranja funciona para la industria del entretenimiento, pero no responde a los requerimientos de la cultura. Los promotores de la economía naranja insisten en que los artistas somos torpes y tercos y «no entendemos» pero no ha sido posible hacerles entender que deben escuchar.

La historia reciente y las experiencias de otros países nos dicen que los actores-actrices-dramaturgos-directores-diseñadores son cada vez más comunes, es que somos esencialmente creadores. Sin embargo, esa «multi-disciplinariedad» no incluye la gestión; es que, como el maratonista y el corredor de los cien metros, ambos corren, pero tienen cuerpos y espíritus diametralmente distintos; es que crear con la calculadora o las cuentas de la pasada temporada en la mano, es demasiada traba. Algún genio debe haber, pero como sea, el ejercicio no es orgánico. 

Una industria cultural de un país es un equipo en el que el estado y los gestores tienen un rol fundamental, y no será entregando toda la responsabilidad en los creadores el modo de avanzar en la dirección correcta. Sin embargo, somos los creadores los necesitados de ejercitarnos creando, en esa medida debemos insistir en levantar la mano y hablar y también, mientras tanto, en buscar modelos de producción, e incluso productores y gestores que «se hagan millonarios» con nuestro ejercicio. No parece fácil pero no se puede renunciar.

El tema del teatro en el contexto mundial es muy interesante. Es más que curioso y para mi, inexplicable, el ataque sistemático de todas las sociedades desde hace décadas, no solo al teatro si no a los actores. Las actas de defunción al teatro ya son lugar común, tanto, como el mandar callar a los actores; dicen que no existimos, que no somos creadores, que somos simples intérpretes, que no debemos pensar solo obedecer, que nadie enseña a actuar, que no somos artistas y mucho más, Lo que más me resulta interesante de todo esto es no solo lo sistemático de los ataques si no la porción de validez que creo que tiene cada dardo, yo creo que no hay nada de eso que sea del todo falso; y eso me parece emocionante, retador y motivo de análisis de todos los artistas desde su oficio ¿Qué somos entonces? ¿Cómo vivimos quienes hemos hecho de la actuación nuestra vida y nuestra profesión?

La última tropa contra el teatro de la que tengo noticia es la de los post-dramáticos que entre otras cosas anuncian que vienen a salvar a la bandada de ingenuos que hacemos teatro y que al teatro mismo vienen a reinventarlo. ¡Puf! Lo cierto es que hoy el teatro sigue y este último grito de la moda ya se está quedando atrás. Pero cuando se vuelva anécdota definitivamente vendrán otros movimientos y el teatro muy seguramente volverá a resistir; porque la religión, la política y las artes parecen inherentes a las sociedades desde muchos siglos antes de los griegos, desde siempre tal vez. Sobre esto solo anotar, además, que en las artes escénicas al menos, esperemos que nunca reinen los teóricos y los artistas de escritorio sobre los creadores descalzos.

La virtualidad, las nuevas apps y el decaimiento de la industria audiovisual nacional han alterado claramente el flujo de trabajo y eso alienta la pulsión creativa. En los últimos dos años monté una obra de teatro, puse en temporada otras dos, hice la producción audiovisual y temporada online de otras dos obras, participé en la escritura, dirección y actuación de una miniserie, diseñé y estoy ofreciendo otras dos series de televisión, cree el primer festival de corto-teatro de Bogotá, terminé un guion de un largometraje. Para televisión participé en dos proyectos y estoy preparando otro para el segundo semestre, pero estos proyectos, por breves, han sido muy poco demandantes para mí. Esta mención no la hago por presunción, si no respondiendo a lo que ha sido el ejercicio en los últimos meses gracias entre otras cosas a la cantidad de tiempo libre que me ha regalado la televisión -eufemismo para poco trabajo- y al tiempo, a cómo veo el futuro. 

¿Qué sueño? Una de esas series que he escrito va a volverse producción, voy a montar algo más para teatro y espero que el festival tenga una segunda versión; este proyecto tiene además algo que me satisface muchísimo que es ofrecer trabajo y espacios de creación a otros artistas. Además, voy a lograr un proyecto en televisión con un personaje de largo aliento en un proyecto que me va a emocionar con lo cual voy a estar haciendo escenas varias veces a la semana, lo cual me encanta y, además, voy a mantener las cuentas del banco en un nivel suficiente que me permita seguir haciendo todo lo demás. 

Con esta carta de deseos al niño Dios me despido y le agradezco mucho el interés en mi ejercicio.

Un abrazo

Ernesto.



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Ernesto Benjumea:

Ernesto Benjumea es un actor, director y productor de sus propios proyectos. Su organización Benvelé SAS también es beneficiaria del proyecto Es Cultura Local con el primer Festival de Corto Teatro de Bogotá (FECTE) https://www.festivalfecte.com/  Nuestras conversaciones para lograr su participación en el Museo del Futuro, derivaron en una correspondencia que permite ver las preocupaciones, los intereses y las dinámicas que llevan a Ernesto y a su organización hacia adelante. El futuro es para los creadores y los productores de Usaquén un proceso continuo de evolución, de generación de proyectos y de aprendizajes.

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